jueves, 16 de junio de 2011

la parka

Estás sentada. Quiero mantenerte en la distancia que nos encontramos. Acercarme más es imprudente. Me pregunto cómo he podido pensar tan rápido, tan duro, tanto; con tanta compasión; con tanto amor y contanta frildad al mismo tiempo.
El mundo no existe, sólo tu hermana que favorece los hechos.
Nada se nubla y, sin embargo, sólo existes tú.


Una niña juega alrededor de sus padres con expresión relajada sin perder de vista lo que acontece y que, sin duda, le llama la atención.


En primer plano, tus manos se entrecruzan...te veo pálida, ahora te recuerdo aún más.
Una orden y tus brazos buscan otra posición queriendo encontrar lo que te pido, luchando entre impedimentos e inconveniencias.
Tus ojos parecen más grandes y se han clavado de frente...¡¡Fuera, fuera!!. Hago chasquidos con los dedos, con el gesto, con la voz mientras tu luchas por contener lo que te mueve; mientras lo estudias...mientras lo estudias. Aprendes, muy rápido, por instantes. No quieres mirar, pero miras para convencerte de que puedes con ello; para hacer como otros, incluso jugar a asustar aprovechando el miedo. Te estrizas, te enrabietas, te encoraginas, te asustas...todo por dentro. Otro ¡plas!...otra palabra; un razonamiento de voz fuerte...no quiero que te caigas.
Mis patas de gallo no te pierden la pista mientras seguimos hablando...tu hermana y yo y tu boca que se expresa a tropiezos con el temblor de tu cuerpo. Calma, calma...te pido demasiado y lo sé, para que te dés un poco...Me duele el corazón de madre de no abrazarte pero mi corazón de madre me dice que es mejor así, que te dé lo que más necesitas.
Cara al mundo..., no sé cara al mundo. Yo te puedo decir que esta noche he visto, como te dije al arroparte, una princesa valiente. He conocido, de un trazo, el concepto del valor, la superación, la obediencia, el temor, la liberación...el arrojo...¡Cómo te fuiste a la plaza, cuando se acabó todo, a jugar al futbol con esos dos chavalitos!. ¡Con qué entrega hacías regates y con qué orgullo te explicabas!.
Eso es exáctamente, hija...¡con qué orgullo!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario